Seguidores

domingo, 22 de noviembre de 2009

Recargando...


Puesta a punto… la maquinaria engrasada comienza a rugir entre sus múltiples engranajes, las piezas vuelven a encajar como en un puzzle infinito y el miedo se ha quedado abandonado en la esquina del último burdel que vestía de lujo sus humillantes paredes pintadas en negro.

La letras laten solas impulsadas por notas eléctricas de las manos de un ángel de pelo largo y barba rizada, nadie pretende que esta noche deje de latir en su existencia y bailando con la chaqueta de cuero las horas pasan mas lentas montadas sobre el vidrio de los espejos que no llegan a reflejar su paso.

La luna sonríe desde las alturas encantada de que su hijo vuelva a poseer las horas donde la luz no brilla sino es invitada. Unos duermen y él sencillamente permanece despierto para ver las cosas que otros se perderán. Sueños de cómodas almohadas de plumas y colchas aterciopeladas llevándote artificialmente al seno de los recuerdos de tu infancia.

Salta la pista y la coge al vuelo para que no escape a ninguna parte. Le han estado buscando por todos los rincones perdidos que solo las ratas estarían dispuestas a colonizar… Nadie te encontraba porque directamente no preguntaban donde estabas.

Los ojos siguen estando en la cara pero ahora solo sirven de fachada. Se han olvidado de sus funciones camuflados tras tanta información irrelevante que el instinto ha sido cambiado por la subscripción a un canal de noticias. La gente masca sus platos sentados en sus sillones sin que nada de lo que allí aparezca pueda importarles en absoluto.

Despiertan las leyendas de sus tumbas ensangrentadas. Esta noche se levantaran tantos héroes como villanos para acabar en una guerra de lunáticos. Las palabras hierven en furia colérica y solo los mejores músicos saben tocar esas notas tan agudas. Los gatos ven el espectáculo desde sus balcones al vacío. Maúllan rajando el cielo con sus lastimeras llamadas en busca del amor despechado y celoso.

Caen las estrellas desde el horizonte marcando el firmamento con líneas de trazas que no hacen esperar un buen amanecer. El destino parece calcinado la niebla permita que podamos visualizarlo. De todas formas abre el paquete con la ilusión de un niño pequeño el día de navidad. La sonrisa permanece mientras su vida se va a la basura con el ruido de las esperanzas rompiéndose como cristales.

El demonio toca otra canción con su guitarra nefasta y los espíritus van a ocupar sus lugares, el día florece al fondo por el este y mientras el circo continúa su deambular siguiendo el rastro de la luna que dibuja una parábola descendente al mundo de los infiernos.

Cuando el primer madrugador despierte, será demasiado tarde para entrar en la cama… las sirenas llaman desde la profundidad del océano para que las musas de plástico que maquillan sus existencias con polvos insustanciales acaben desapareciendo bajo el justo algodón de la realidad del mañana.

Las monedas ruedan por la superficie de la barra para pagar las consumiciones, las historias llegan para acompañar la solitaria existencia del que duerme sin cerrar los ojos. Susurran desde el vientre de la noche de los tiempos los sucesos que ocurrieron cuando nadie podía contemplarlos. Lo hacen bajito para que nadie pueda escucharlas, por desgracia cuando las brujas salen todo queda en el más completo y concentrado silencio. Sólo suena el tiempo narrando los sucesos que han pasado y están por venir en una gramola infinita que gira en un ciclo de espirales recurrentes.

martes, 17 de noviembre de 2009

Hielo


Se pasaba las noches aullando a la luna, lo hacia bien, incluso se le podía adjudicar un extraño estilo personal. En ese tiempo su edad no sobrepasaba la de un buen Oporto. A pesar de todo ya había probado todas las drogas que su boca o cualquier otra decente hubiese probado a lo largo de la vida. Por lo que habiendo caminado por infinidad de senderos tenia el conocimiento suficiente como para poder discernir lo que era real y no.

Su nombre había sido confundido con el de su leyenda y cuando quiso darse cuenta ni el recordaba cual era… La verdad, es que no le importaba demasiado porque no era persona que husmease entre sus inicios pues su lema no era otro que: Soy lo que ves… y a primer vistazo siempre engañaba.

Hielo era como le llamaban… no sin razones, porque todo nombre tiene una gran historia que contar a sus espaldas, pero en su caso puede que el conjunto de ellas pudieran valer como el guión previo de un bestseller y su humildad precisamente era algo de lo que huía de eso. Por lo que al final un bosquejo de opciones eran las más usadas.

Unos decían que su mirada transparente y el color de su iris eran los precursores de su sobrenombre… otros en cambio lo basaban en la frialdad de sus movimientos y la presuposición de que no tenia corazón… había versiones aun mas destartaladas que asumían que dicha afirmación venía a consecuencia de un accidente de avión y que a raíz de ese incidente usaba marcapasos.

Después de todo como toda leyenda que se precie estaba en continua expansión junto al dato relevante de que nadie le había visto sin camiseta y lo demás simplemente había sido una fantasía dilatada en el tiempo de engrosé y ensalzamiento. Tras años de relatos yo le había conocido. Como toda figura representativa añadía sus amistades con cuenta gotas, algunos comentaban que había que opositar par poder entrar en su casa. Aunque no dejaban de ser rumores.

Pero yo le conocí de casualidad. Estaba fumando tranquilamente escondido del mundo en uno de esos lugares que sin ser inaccesibles tienen su dificultad suficiente para llegar y para rizar la situación parece que él eligió el mismo sitio para descansar de la fama. Era una especie de acantilado rodeado por pinos de un parque forestal cercano a la ciudad. Llevaba tiempo formado parte de nuestras escapadas por separado y hasta ese momento no le había dado por juntarnos.

Pidió permiso para sentarse y acto seguido lo hizo… Sin lugar a dudas no dejo mucho tiempo para mi contestación ya fuese positiva o negativa, en vez de ello se arriesgo y cayó como un saco de piedras a mi lado. Una vez allí era demasiado tarde para cualquier respuesta así que obviando los comienzos me pase por encima las presentaciones y ya que íbamos a ocupar el mismo lugar durante un tiempo en común decidí ser amable. Le pase mi colilla a lo que acepto con una sonrisa.

Muy buena… si señor.

Sonreí aliviado y añadí una etiqueta a forma de remarca inconsciente… Es mía, de mi propia cosecha. Nos reímos a carcajadas mientras el humo tomaba su particular camino de suicidio. Se inmolaba para después caer al vacío desparramado en cualquier dirección. Aquella tarde nadie pensó en nada que no estuviese ya en el lugar.

Quizás no estuviese preparado para conocerle, pero si para aceptarle tal y como era. No me costo aprender que era un tipo normal con una leyenda tan grande que le precedía varias manzanas por delante. Antes de llegar todo el mundo le estaba esperando, pero yo al menos tarde en contestarle la primera vez.

Puede que fuese ignorancia, o puede que no… mas no nos importa demasiado porque en ese lugar los dos éramos un par de extraños al pie de la montaña. Tan sólo dos personas con los pies colgando cansados de andar toda la semana. No teníamos nada mejor que hacer que perdernos a nosotros mismos en el bosque para encontrar algún sentido a nuestras pisadas y al final del camino solo nos quedaba. Unas cuantas cervezas y mucho humo que modelar desde las entrañas.

A simple vista no parecía importante pero no era el comienzo de nada. Simplemente aprendimos a que no se puede controlar todo aunque así se pretenda. Y que en algunos desconocidos hallas una parte que con otros no puedes expresar libremente.
No somos grandes amigos, pero no necesitamos pronunciar nuestros nombres a principio de conversación. Nos servía con la mirada, yo le encontré huyendo del mundo y él a mí esperando. No nos hizo falta presentarnos porque entonces ni siquiera nos importaba… solo queríamos oír al aire susurrar entre el hueco de las rocas mientras volábamos a ninguna parte sin que nadie nos molestara.

Fuga de ideas.


Un zumbido eléctrico casi imperceptible es el precursor de que todo empiece de nuevo, pensaba que estaría más tiempo separado de mis palabras, pero el embalse ha terminado por llenarse hasta su copa y ahora ya es imposible ponerle limites a un ejercito que ha ido posicionándose a su amor y voluntad en sus puestos de combate.

Ahora estoy perdido frente a una avalancha de gotas que vienen en forma de tromba y como siempre ando en ausencia de paraguas. El chaparrón es catastrófico y he tomado la decisión final de abrir las compuertas de par en par. Un cilindro de rugiente agua trae a Neptuno montado sobre sus caballos blancos con su tridente apuntándome.

Rebusco entre el charco de adjetivos que se ha formado debajo de mis pies calados y encuentro impenetrable en el justo momento en que las chispas saltan como rayos al chocar su arma contra mi antebrazo al desnudo. Su cara se vuelve duda pero la corriente le lleva lejos precipitándose violenta mientras avanza por el lecho vacío del río de mi infancia.

Ya le veré más tarde…

Las puertas del caos han sido abiertas y todas las historias que guardaba en esa caja sin sentido han terminado por ver la luz… Van liándola allí donde acaban, salpicándolo todo con sus absurdos sucesos. Sopeso durante un rato las opciones y decido dejarlas en paz… son demasiado pequeñas para que puedan causar daño personal alguno, seguramente produzcan daños materiales por una buena cuantía y de diversa consideración… pero como no saben hablar nadie podrá adjudicármelos a mi y por supuesto no creo que las consigan capturar, o por lo menos con vida.

Sigo tachando las historias que puedo dejar en libertad sin peligro a los demás y hasta ese momento ya he cazado a un par de novelas negras que andaban con orden de captura. Las he guardado en un cubo de cristal y me he puesto a buscar a ella.

Bueno antes he terminado por arreglar el desbarajuste de la presa con unos cuantos refuerzos como contención... He programado una regulación diaria del caudal mediante una liberación controlada y he añadido unos cuantos filtros para que no salga mas que las partículas ínfimas e inofensivas. Y tras organizar el universo he seguido el rastro de sus pasos.

Se a donde va, incluso puedo olerla mientras que ella sigue ajena a mi presencia. Demasiados años ignorando mi existencia han producido un efecto pantalla que me salva de su atención. Tardo en encontrarla unas páginas más adelante en las que por el camino sigo cazando pequeñas escorias que devueltas al mundo podrían haberlo sumido en un delicioso infierno de perversión y lujuria. Y con el planeta respirando aliviado ya puedo cumplir mi tarea antes de volver a perderme.

Me sitúo ante ella y su soplido suena bastante aburrido e insustancial… Se coloca al frente observando cada uno de los cambios que se han producido en mi aspecto, le extrañan algunos más que otros mientras que en su cara se dibujan las sensaciones que estas le producen. En verdad ella es un libro abierto gracias a una gran expresividad desbordante que la convertiría en una mala jugadora de póquer… No sabe ocultar y quizás sea su extraña sinceridad la que haga que cansado de esperar su evaluación me aparte a un lado.

Ladea su cabeza sorprendida por la reacción y ahora con el paso abierto decide proseguir con su deambular… no quiere discutir… y yo tampoco. Así que la veo caminar por un escenario de recuerdos inventados.

Espera un instante!!!… una palabras que disparadas suenan decididas entre mis labios.

Se gira al borde de las dudas mientras prepara la mejor de sus miradas para fulminarme…

La miro atentamente y susurro la sentencia:
Tú ya no existes… y ella se disuelve al instante como una estela de humo que se precipita concentrándose en un único punto.

Recojo su persona convertida en una figurilla de onix negro con forma de leona. Su rugido son ráfagas de brillo surcando la superficie pulida. Sonrío como un niño mientras dejo precipitarse de nuevo la estatua entre el hueco de mis dedos y disfruto viéndola estallar en pedazos desiguales e imperfectos.

El viento se la lleva en forma de polvo que se esfuma detrás de una esquina. Regreso silbando tranquilamente hasta el inicio de todo. Puede que no lo sea… pero al menos parece un buen comienzo donde escribir con letras grandes y rojas Salida. Lo que ha sucedido nadie desea cambiarlo porque llegar aquí ha tenido su gracia y he disfrutado por el camino. Aunque ahora es un punto medio, un iceberg en el centro de un mar en calma que he conseguido después de la tormenta.

Neptuno vuelve y me pide disculpas con sus majestuosos modales… sonrío y fumamos tranquilamente flotando en dirección a donde nos lleve la corriente. Con la emoción de la aventura perdemos en norte y cuando el equilibrio regresa, cambiamos palabras por acciones y medallitas de guerra por ilusiones. Entonces seguimos adelante en este ciclo que nunca se cansa de dar vueltas sobre un eje imaginario. No por nada en especial, tan sólo porque sino perdemos el enlace directo a otros mundos paralelos.

No dejamos de ser una historia escrito en un papel dentro de una botella, con la única función de cortar algo que pueda acabar con el silencio o puede que simplemente para pasar una vida entera surcando el mar en busca de las palabras adecuadas que decir cuando alguien abra el pergamino de su conciencia.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Azar cruzado


A veces la vida se convierte en una empalizada difícil de escalar… el alambre de espino de su corona te atraviesan como una manada de furiosas avispas de piscina. Todo es divertido cuando el dolor deja de fluir en su goteo por las venas… ya entonces se ha secado y la irresponsabilidad ha ocupado su lugar con un torrente de adrenalina sin control alguno.

No importan los golpes, ni siquiera las heridas… son tan naturales como la vida misma y por ello son objeto de devoción y respeto. A cada una se le asocia la perdida de un ladrillo del umbral… he gastado tantos que la ausencia de temor ha terminado por mudarse a mi cuarto. No trae maletas, así que no puedo echarle de ningún sitio, porque ni siquiera usa la puerta.

Mi sombra ha terminado por abandonarme finalmente. Se agarro a la primera chica que me cruce por la mañana y la última vez que me encontré con ella… no tenia intención alguna de volver a mi lado. Lleva una vida plena y feliz como asaltante de la oscuridad y no pretende abandonar sus costumbres.

Ahora soy solo yo y mis problemas, no tengo sombra y el juicio debió perderse cuando repartieron las muelas en el purgatorio. No me importa ser menos que otra gente, porque desde mi lado todos parecen mas pequeños con su una sombra que crece dependiendo de la luz. Al menos yo sigo siendo yo cuando no queda nada encendido. No soy alérgico siquiera a la silenciosa soledad. Ella no habla, pero sabe escuchar.

Permanezco despierto hasta que pierdo la conciencia, la verdad es que no se puede extraviar algo que no te pertenece así que simplemente desaparezco sin dejar huella… soy solo una quimera de un autor dubitativo que no sabe donde poner el punto final. Por lo que mi historia parece queso lleno de agujeros sin ningún razonamiento a parte del que guían el impulso de mis pies.

Vuelve el viento a sonar y llevarme a mis múltiples destinos. Se siente ignorado porque la gente ha dejado de escuchar su mensaje lleno de predicciones. Ya no miran al cielo porque es más cómodo ver el telediario y leer las temperaturas… la mujer de la tele se mueve bien y viste con alegres colores. Pero el aire sigue vistiendo de luto en espera a comenzar el entierro de la sardina que contiene su mundo lata.

Unos viven y otros mueren en una partida de risk a nivel mundial… muy pocos tienen dados y los que carecen de ellos caen en primera fila con las preguntas sin terminar de formarse en la superficie de sus temblorosos labios. No tienen idea del porque, pero las cosas suceden solas sin que ellos puedan remediarlo.

Demasiados Dioses con zapatillas de estar en casa porque han olvidado a andar descalzos sobre sus pesadillas… toman café en tazas humeantes para no caen en los sueños y visten con desgracia las paredes de su absurda existencia como peones de ajedrez. Se creen buenos por poder jugar, pero los reyes realmente los utilizan de escudos humanos con sus trajes planchados y sus corbatas a juego.

Me rió a carcajadas desde mi sofá mientras la jarra de te va calentando la habitación con su vapor afrutado flotando sobre canela… Algunos sueñan ser los dueños de sus vidas y lo que rodean… otros deciden cuidar lo poco que queda sano para que no termine por romper el delicado equilibrio del ecosistema. No dejamos de ser los observadores de una ecuación que se presupone imperfecta, pero que en realidad nos engloba dentro de sus variables. La ecuación siempre tendrá resultados tanto como si se tacha nuestro resultado o no… porque somos un valor infinitesimal que cree superior por saber usar la inteligencia.

Cuando realmente no somos mas que la efímera energía de la metamorfosis que cambia de forma a cada chasquido de la guadaña de un eterno niño que siega el césped de su jardín creyéndose el amo del mundo.

La moneda baila en mientras cae por los susurros del invisible viento. Gira como una pluma que se precipita desde el cielo hasta golpear como una gota la tranquila quietud de una balsa de agua que se llama existencia.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Ciudad Real


El cuarto sigue siendo el mismo… No ha cambiado nada desde el día que lo deje. No ha pasado el tiempo y la verdad es que podría haber sido ayer. Pero los años de ausencia le han sentado bien. Cierro los ojos y caigo por una espiral descendente de recuerdos adheridos a la superficie de la pintura. Puedes palparlos mientras revives esa escena, o cualquiera de las que llenan la habitación.

Sigo teniendo quince años cuando despierto en las mañanas de mi antigua ciudad. La casa no huele a tabaco, incluso mi alcoba la única donde se puede fumar… va a clases de desintoxicación entre mis múltiples y caóticos viajes.

Abro la puerta y me recibe mi infancia con la sonrisa pintada con acuarelas… el calor hace el resto y en el infierno de mi niñez ardemos todos entre las historias de humo que pasan a mi lado. En la ciudad entera los termómetros han acabado por desistir en la subida de las temperaturas y el mercurio ha terminado por ponerse en huelga frente a la crisis del sector.

En el barrio mueren y resucitan constantemente edificios que sustituyen a los antiguos y cada vez que vuelvo alguien tiene que ponerme al día de los sucesos… la vida continua día a día a pesar de mi ausencia. Pero en casa permanece todo estancado.

La cocina sigue despertándome con su desayuno de olores que se cuelan flotando desde el patio interior… y el sol mañanero es el mensajero del viento mientras se cuela por las rendijas de la persiana. Las mañanas huelen a mar a pesar de no existir la playa. El fuego viene después y se instala en todos los tejados cuando las doce son acuchilladas por las manecillas del reloj… No hay testigos que sobrevivan al interrogatorio y cuando suena la hora de comer el desierto se instala entre los espacios que quedan entre las esquinas. Los coches evitan derretir sus ruedas de mantequilla, por lo que prefieren dormir la siesta aparcados entre las sombras de la calle.

A pesar de que sigo creciendo… para mi todo sigue igual. Incluso ahora creo que ha empezado a mejorar, los cambios comen los recuerdos a cucharadas soperas y ahora la ciudad se ha olvidado de los pasos que deje marcados de tanto transitar sus aceras… mi nombre se pierde entre el rumor de las leyendas y mi nueva cara es una novedad entre la gente que me confundió entre sus propios relatos.

No me importa ser un árbol desconocido que sigue teniendo sus raíces escondidas bajo el asfalto. Muchos nuevos piensan que no pertenezco a esa tierra, pero la verdad se escurre entre la realidad y se escapa entre las profundidades de una ciudad que va despertándose del sueño de los infiernos.

No he dejado de ser yo en ningún momento, solo que cambie el pasado por una historia escrita en mi piel a base de puntos de sutura, las marcas quedan y el tiempo se encarga amablemente de borrar las señales de mi presencia. No me importa, ni siquiera hago esfuerzo alguno en remediarlo. Ayer quizás es demasiado tarde, pero lo que me importa no ha dejado de estar en mi presente diario.

Puede que haya cambiado, esta claro que el tiempo no perdona mis pecados, pero hasta que la postrera muerte llegue a pararme, se que sucederán tantos relatos que acabaré convirtiéndome en un libro de papel y tinta y mi energía será entonces quien marque las pautas de mi camino. Mañana será un nuevo día y lo que venga saldrá del sombrero de un mago con una sonrisa enorme y buenas intenciones. La suerte es una moneda que aun gira en el aire antes de tocar suelo. Las cartas son buenas y salvo yo nadie puede ver mi mano. Los puntos de hoy serán vestigio del futuro y cuando se sequen volverán a pertenecer al pasado.

Ahora es el aquí y el momento dejara de existir cuando a mi me apetezca. Mi ciudad sigue dándome la bienvenida con los brazos abiertos. La memoria de los muertos es finita… todos son unos zombis que no recuerdan mi cara cortada… soñaba con ser Dios y he acabado por convertirme en el personaje de un libro sin titulo. No me importa… al final escogí ser solo palabras.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Bon appétit


Volvemos a reunirnos los reyes del mundo en torno a una hoguera… lo hacemos en las sombras donde nadie que no sea un elegido pueda molestarnos o entretenernos con sus historias. Somos una raza que manejamos nuestros asuntos en forma de condena que llevar a cuestas y poca gente puede bailar a nuestro ritmo sin perder la cabeza en el intento.

Suena la siguiente canción y el plan comienza a urdirse entre los fuegos… el tiempo es un caimán hambriento y conforme el sol va dibujando su parábola en el cielo, nuestra esperanza de escapar sin luchar se va perdiendo. Aunque no nos importa; adoramos la pasión del momento. La adrenalina como carburante y la ausencia de dolor el único credo.

Sangre y sudor… son la insignia que rezan nuestras paredes… arriba el mundo se desarrolla con normalidad, las cosas suceden en su orden natural y lo mecánico sigue comportándose bajo las leyes físicas establecidas. En cambio en las entrañas de la guarida todo va a la inversa… modificamos las reglas y las sometemos a nuestra propia voluntad. Lo que es negro puede convertirse en blanco y sus grandes proezas para nosotros son reseñas escritas en una servilleta.

Ellos disfrutan y nosotros lo hacemos también a nuestra manera… Su mundo se para en ese momento en que se bajan de sus ajetreadas vidas para disfrutar de esos sencillos placeres, nosotros en cambio brillamos, porque pasamos el día entero esperando a ese instante sublime en que todos los sentidos funcionen como uno solo y todo tenga sentido. A pesar de que nos separe tan solo una pared en el fondo no deja de ser un abismo. Ellos dominan el mundo fuera y nosotros lo hacemos dentro. Por muy buenos que sean haciendo dinero, no deja de suponer solo eso y no merece ningún talento.

En cambio en nuestra casa… vendemos ilusión y compramos de esa forma un hueco entre las estrellas, uno no muy grande porque no nos gusta llamar la atención, pero si uno modesto donde podamos manejar los hilos de nuestras propias marionetas. La función esta empezada y todos juegan a la sillita al ritmo de la música que tocamos en el concierto… ponemos la guinda al pastel y gran parte de este a su vez.

No nos molesta ir en contra del tiempo, nuestra religión es una marca de sangre que se pierde entre nuestros cuchillos. Pero la cuenta continua en su avance mientras que elaboramos un complejo plan para conquistar el planeta entero desde el mismísimo infierno.

Sonríen y beben ajenos a lo que se cuece a pocos pasos de sus historias doradas… se felicitan y charlan por un éxito tan efímero igual al de la basura que llenara los contenedores al día siguiente. Sus vivencias no dejan de parecerse a la grafica de la bolsa en los últimos cien años… algunas ganancias y muchas perdidas… los picos caen a plomo cuando las cosas no salen bien… En cambio en el averno el equilibrio nos mantiene sobre la cuerda floja un día si y al otro también.

Abajo nos esperan los cuchillos y todos los objetos afilados apuntándonos con sus aristas en espera a que de un traspié acabemos allí ensartadazos. Las jornadas tan parecidas como los monótonos repartos y tan solo cuando estas al final de la semana te relajas y piensas que es Domingo y todo Dios puede librar. Los lunes el ciclo destructivo vuelve a comenzar. Pero nuestras victimas han reservado plaza sin ni siquiera pestañear. Son tristes corderos rumiadores de sociedad. Sus ojos muestran indiferencia y en los nuestros brillan los fuegos de nuestra cocina.

Un paso más y sus sentimientos se confunden entre los sabores que chisporrotean en sus paladares como gotas de pura vida. Sus infancias se disuelven frente a la verticalidad de los platos que degustaran hasta que sus ocupadas vidas terminen por consumir el recuerdo de su estancia. Nosotros seguiremos reinando en la sombras, porque sencillamente. Si saliésemos de ellas dominaríamos el mundo repleto de borregos sin iniciativa.

La lucha esta perdida porque en sus absurdas existencias escogieron triunfar en vez de soñar con sus vidas escogidas por su voluntad… cambiaron sus sueños y objetivos por metas remuneradas y exitosas… vendieron sus ideales para vestirse con primeras marcas y aparentar cosas que no son. Se pudren en sus solitarias experiencias porque dejaron de pelear por sus corazonadas y así amoldarse al lamentable ejército de los hombres con sangre de horchata.

No levantan la cabeza porque excepto unos pocos todos tienen un superior que les cortara las alas para así evitar su avance. Pobres esclavos de sus salarios que no lograran aprender que tan solo somos lo que hacemos. Así de sencillo. Unos malgastan sus miserables vidas mientras que los demonios disfrutamos de nuestro trabajo.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...