Seguidores

sábado, 28 de diciembre de 2013

La sonata del cuchillo.



Sangra la piel cada raja
que el cuchillo cercena
como el arco y su cuerda
hasta que el alma orada
y queda por fin expuesta.

            La magia de la cocina
            es eterna cual cuchara
            que de madera aguarda
            en el cajón de cada casa
            hasta nadar en la comida.

                        Vida de perro con gato
                        sin más hogar ni destino
                        que el mismísimo averno
                        donde a fuego muy lento
                        reduce el volumen pecado

                                   Como un dulce castigo
                                   que ameniza el mundo
                                   hasta haberlo digerido
                                   y muy bien masticado
                                   para sentir algo de alivio.

                                               Si acaso te acaricia
                                               con su infinita finura
                                               sonríe con paciencia
                                               pues leche de la herida
                                               ni buena ni mala brota.

                                                           No vaya a ser que arda
                                                           la rabia que pace serena
                                                           entre el olor a barbacoa
                                                           y de la sangre su dulzura
                                                           sin sublevarse si quiera.

                                                                       Hubiera sin duda alguna
                                                                       más guerra que en batalla
                                                                       sin más arma que blanca
                                                                       blande la muerte tranquila
                                                                       mientras sucumbe la locura

                                                                                  Mañana sin falta arderá
                                                                                  hasta la ultimísima gota
                                                                                  de esta sangre tan seca
                                                                                  que tose en cada vena
                                                                                  para dar algo de una llama.

viernes, 27 de diciembre de 2013

Fin de fiesta…



Otro año más en el saco de la vida y vuelvo a empatar el resultado con el tanteo anterior. Llegados a estas alturas es curioso que no logre callarme nunca y en el caso de los textos, sólo sea capaz de escribir algo (ya ni siquiera decente) una vez cada tres días. Creo que debe de ser porque me estoy haciendo viejo y en verdad cada vez tengo menos tiempo para dedicarme a mi mismo.

Ya tengo el nuevo calendario preparado y ya casi en place casi todo lo que dura entre hoy y el fin de año, pero lo de sentarme a escribir cada vez es más complicado y esporádico.

Nada tiene que ver que el número de mis lectores este parpadeando y tendiendo a cada vez más próximo al cero que al infinito. Sonrío y pienso que cuando me muera puede que deje mucha paz en el mundo, o puede que me haga famoso… cosa que dudo por la calidad de mis palabras. Quizás agoté todas las minas de oro en el pasado y lo que queda ahora es más paja que otra cosa, que brilla pero no tiene apenas valor.

Yo sigo bailando e intentándolo día a día mientras que los que empezaron a la vez… disfrutan de sus retiros bien merecidos mientras que yo sigo en mitad de la palestra esperando el veredicto de un jurado plagado de caras con pocos amigos. Pero lo importante es no parar hasta el final y ese todavía no ha llegado.

Puede que mis textos ya no tengan la frescura de antaño, pero un servidor siempre mantendrá las puertas de la posada abiertas a cualquier cliente que ávido de lectura se presente inconsciente debajo del umbral y decida pasar, porque desde que yo le doy a enviar… todo lo que sucede durante es algo que no puedo controlar y que ni siquiera querría hacerlo, ya tengo bastante con mis cosas para encargarme encima de las del resto.

Se acaba el año estrenando mis treinta que por ahora no han sido tan malos, las cifras son iguales que el cuerpo, nada es lo que parece hasta realmente importa, así que mientras no pierda la sonrisa, no estará nada del todo perdido. Ajusto las cicatrices de mi cuerpo como un puzzle y después mediante un diagrama de flechas enlazo cada accidente con un pie de foto que merezca la pena, porque de alguna manera.

Siempre habrá alguien que de casualidad le interese una historia de las que ronda por mi cabeza. Son como pastillas contra el tedio mezcladas con un toque de fresa, otras veces con sabor a lima y otras tantas a cerveza… Porque mientras quede gas… al menos se puede hacer una última hoguera y sino al menos intentarlo de la mejor manera posible… ya que siempre queda una forma de escapar… salir por piernas.

Pero no será hoy, ni siquiera mañana. Simplemente será una cruz más sobre el calendario y un recuerdo que olvidar dentro de la cabeza. Así que antes de perderla del todo. Felices fiestas y espero que el año que viene empate para no caer en decadencia.

Sin límites.



Una vez alguien dijo que me callara y no pude cumplir ni siquiera una mísera petición. Paso el tiempo y con la llegada de las responsabilidades y obligaciones nada cambio. Intentaban conseguirlo y dueño de mi silencio no lograban más que breves intervalos. Hasta que llego la orden desde una jerarquía superior no vinculada a la consanguinidad y todo fue diferente.

Algunas veces lo aceptaba y acatándolo lo hacía, otras tantas las palabras se arremolinaban en la lengua y acaban por salir atropelladamente. Chaparrones de letras desde los intensos a los moderados entre periodos de cielos soleados como el verano.

Guardaba silencio, pero de alguna forma, no era posible realizarlo durante mucho tiempo. Debe de ser que para eso no soy buen guardián. La boca me pierde y la lengua esclava de la pasión de los ofideos hacía el resto.

Cuando el silencio se puede mascar, me vienen a la mente los entierros y los ascensores. Entonces abro la caja del ataúd y suelto alguna gracia sin apenas nada de su nombre. La vida no es para nada justa. A veces se logra lo deseado y el resto le das al ajo y agua. Supongo que todo es culpa de otro… las capacidades son diferentes entre una persona y otra. Por suerte los hombres como Hitler no abundan por la tierra y los que son como yo, florecen por todos los rincones donde el silencio osa posarse para descansar.

Ya quedará tiempo para tal menester cuando la fría parca venga a recogerme en persona y entumezca a mi persona hasta volverla dura como el hueso. Entonces puede que comience mi largo estado de letargo en silencio. Hasta entonces no creo que vaya a conseguirlo, porque sin música… mi lengua tiende a buscar el alivio del sonido de la forma que sea inclusive durmiendo. Porque en verdad sigue sin ser culpa mía. Mi antiguo jefe sólo me pidió una cosa y no era otra que moviera las manos a la misma velocidad que la lengua.

Debí aprender muy bien esa lección, porque rara vez se quejan de que vaya lento en el trabajo, de lo demás… mi madre esta genial y los enanos salen al bosque los domingos por la mañana. Los pájaros escarban entre las migas de los bancos y el cielo sigue tosiendo humo mientras los de abajo miramos hacia arriba sin fijarnos siquiera lo que nuestros pies pisan. A veces se mira lo que se hace con los oídos en vez de con la vista, yo lo llamo hipocresía  pero en verdad debe de tener algo mal dentro de la cabeza… al igual que los daltónicos no deben de percibir muy bien el significado de la realidad.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Sinceramente.



Se que llego tarde, pero a ti nunca te importó cosas de tan poca relevancia. No es que fuera lento, sino que en el afán por la competición  me enseñaste que no siempre el primer puesto era lo primordial. A veces simplemente hay que conformarse con haber conseguido llegar hasta ahí sin cesar en el empeño por lograrlo.

Pocas veces gane con la ventaja de poder disfrutarlo con mi entrenador’, siempre por los pelos pero aún así disfrutando del momento y de la oportunidad, se ve que la abuela te dio la misma educación que años más tarde nos inculcaste desde los primeros pasos del mundo de la velocidad.

Cada día sigo siendo ese caballo indomable que pule la superficie del prado hasta volverlo tan transitable como una pista de hielo anegada de aceite… mi mundo siempre fue a una velocidad que tu determinabas como tuya, y se que te echo de menos como a cada Nano pronunciado por mi boca, porque dos días después de tu aniversario se nota de ti tu ausencia, así como toda esa energía que desprendías sin ni siquiera proponértelo.

Sigo bailando, pero no logro despegar los pies del suelo, con el tiempo me he vuelto cada vez más pesado como todas esas figuras que remarcaban tus libros de buenas acciones. En verano descansabas hasta llegar septiembre y sus nuevas adquisiciones. En verdad eras como un corredor de apuestas con tu propia manada de purasangres.

Entonces volvías poco a poco a reacondicionar tus habilidades, las lustrabas durante semanas en las que equilibrabas todo de tal manera que podías comenzar ese trabajo llamado competición donde la batalla no es más que luchar contra otro adversario sin enseñar las cartas hasta el final de cada ronda.

El orgullo sigue siendo eso que te hinchaba y supongo que guardabas parte en esa barriga dura como la piedra que te daba ese toque de humanidad pacifica y a la vez alegría. En cuanto pueda iré a verte, mientras tanto sigue disfrutando de las vistas y de la película de cómo nos va. Siempre pensé que te hubiese encantado ser cocinero y creo que eres de los pocas personas que se le llenaba la boca de decir que hasta sabía hacer pan. Intento correr, pero sigo arrastrando los pies contra el suelo. Sigo calentando y esperando, esperando y calentando hasta que todo vuelva a funcionar de nuevo.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Ya no existe la vida.



Desaparecido como las nubes en el cielo de verano, ya no me queda tiempo para nada que no sea la cocina. Las letras siguen acumulándose en el fondo de un horno que no cesa nunca de realizar una producción tan larga y eterna la cual no llega a fraguar y conforme se van tostando cada día más y más, cuando vas a buscarlas a la madrugada ya no queda sino ceniza y polvo de lo que eran.

La verdad es que nada bueno puede nacer de una tierra devastada a diario, esquilmando sus recursos para rellenar jornada tras jornada lo que el cliente demanda… al igual que un condenado por suicidio revive su última hazaña en el infierno como un idiota perfeccionista al que nada le sale bien, incluso la muerte en ocasiones es tan difícil de lograr como el gordo de la lotería.

Cuando el ganado se reúne nervioso para exigir su alimento, pierde todo rastro de asertividad y compañerismo y se basa simplemente en enfrentarse consigo mismo por consumir aquello que este entre sus deseos. Al igual que las ovejas sigo a mi propio pastor que me guía por los senderos y veredas mas recónditas y escondidas porque todos los niños deben de aprender de alguna persona mayor.

Gasto los días construyendo castillos de naipes que de ninguna forma sobreviven veinticuatro horas sin desmoronarse por cualquier tipo de razón, los días más sencillos ya estaba escrito y en el resto, ya no queda ni tiempo para nada que no precise un ápice de atención y que no sea imprescindible para mañana.

Abro la nevera, saco la bandeja y recargo la munición suficiente como para sobrevivir por los pelos a un nuevo enfrentamiento. Me miro al espejo y ya no hay nada más que se pueda perder que no sean ni deudas ni desperfectos. Levanto el pie y busco la fecha de caducidad hasta que la trompeta suena y embelesa a la cabra.

Bailamos, reímos y lloramos todos juntos en la sincronía que tienen todas las bombas. La mía es de las forradas con una gasa repleta de clavos, todo el mundo se aparta una vez al día y hasta yo lo hago cuando voy al baño, no vaya a ser que me salpique más de la cuenta, sin que por ello se cause ninguna guerra que no se pueda sofocar sin demasiado esfuerzo, pues las balas vuelan sin destino hasta los domingos por la mañana.

Tacho otro número del calendario asesinando sin piedad de nuevo a otra semana sin ni siquiera figurarme lo que se esconde dentro de la caja de la esquina. Cuando deseas tener un momento de paz y tranquilidad, nunca llega porque o bien la dirección no es la adecuada o sencillamente a veces no es más oro el que brilla… sino que al llegar a saber como se gana lo suficiente como para sobrevivir hasta la siguiente dosis de realidad.

Otras encuentras a un segundo solitario y logras empalmar con retales de la memoria una versión alternativa de lo que pudo haber sido sin que por ello vaya a ser verdad.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Como pez en al agua.




Transcurre mi vida entera
con puntualidad impoluta
pasan los minutos cada hora
sin que el cansancio haga
ni si quiera mella alguna
en el circo de cada cocina
el show continua sin demora.

Todo lo que haces en la mañana
alguien lo consume y lo abona
fabricando al menos una sonrisa
que lanzar al mundo cual ofrenda
a los diablos del averno de arriba
para calmar su sed de venganza
y no viertan sangre sino comida
en lo que otros echan en la panza-

Llegan las navidades con su cena
y todo se llena de alboroto y alegría
porque ellos lo ven desde fuera
y nosotros lo vivimos muy cerca
dentro de nuestro pecho y cabeza
suena la batalla que nunca cesa
desde que abren hasta que se cierra
vuelan comandas hasta el fin de la cena
mañana de nuevo la lucha comienza
con la misma exactitud y diferente día.

sábado, 7 de diciembre de 2013

La esfera de la felicidad.



Todo mi mundo cabe en una burbuja de un metro de radio. No necesito más, ni tampoco considero justo que tenga menos, aunque tampoco me importa mientras que me quede aliento como para buscar algo mejor.

Y es que tener mucho más en el fondo es desperdiciarlo. Antes tenía gente a mi mando y a pesar de todo… andaba todo el día cabreado porque no eran capaces de hacerlo mejor, no por superioridad sino porque implica falta de atención y respeto a las cosas que se hacen y el tiempo empleado en ello.

Se puede lograr mucho en una mañana o en cambio no hacer absolutamente nada. Pero si eres cocinero, no te queda casi nada de lo segundo y mucho de lo primero y aún así la mayoría de las veces ni llegas al servicio salvo con el cupo cubierto en parte.

Cuando alguien se concentra el tiempo se pierde y el universo se contrae como un corazón a punto de saltar. Se para un segundo y luego continua acelerándose hasta acabarla jornada al estilo Picapiedra… lo que viene a ser saliendo por patas, sólo que en esta ocasión lo que ocurre es que llevas la burbuja a otra parte.

Hacía tiempo que no disfrutaba tanto. Cuando le pones dedicación y esmero a algo… y después de un rato vuelve el plato vacío suele ser un gran día para los del gremio, hay otras, que incluso repiten el mismo y eso ya es otro mundo. Se puede ser bueno… pero es a la vez necesario ser humilde y disfrutar con lo sencillo que es dar algo de buen gusto.

Puede que mi empleo, sea como estar en el infierno en verano, recibiendo hostias desde todos los ángulos con una nómina ajustada y poco tiempo libre, pero no hay trabajo mejor pagado que escuchar música durante ocho horas al día mientras te escondes en el ruido de una cocina y pierdes el sentido con cosas tan sublimes como algunos aromas que van desde los simples a los compuestos más complicados, notar el cuchillo deslizarse sin importar si viene de la tierra o el mar… o si acaso piso el cielo alguna vez a lo largo de su vida.

No importa pegarte horas prestando quizás mayor concentración a una encimera metálica y unos cuantos cuchillos que a todos los libros del instituto y la universidad… guardo gratos momentos de cada cosa en la vida que significaron algo importante, también acumulo datos y formulas que seguramente no vuelva a utilizar salvo extrañas circunstancias que ocurren en cualquier tintero utilizado por un lunático repudiado por el sueño y condenado a la esclavitud de no encontrar descanso.

Es posible que bailar mientras haces algo que tendrá sentido partiendo desde nada, tenga su encanto y que las horas de infierno que he padecido al menos me de un titulo real cuando el Apocalipsis llegue, la verdad es que no me importa demasiado si el mundo se va al infierno y arde en llamas. Porque el demonio de la sonrisa es ese que de alguna forma contagia alegría de cualquier manera que sea capaz. Y a veces con palabras y otras con gestos. La vida continua y da tantas vueltas como un mundo esférico que gira sin fin hasta que encuentras ese punto donde el tiempo es cero y las posibilidades se multiplican hasta el infinito.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

El inicio del fin.



El primer día del trabajo en una cocina es tan incierto como el primer polvo que echas a lo largo de la vida. Puedes haber follado de cien formas distintas y con otras tantas mujeres… incluso restaurantes y llegar tu primer día y sorprenderte de nuevo como la primera vez.

Hace años ya desde que pise mi primer gastronómico, el de ahora es algo distinto y a pesar de que carezca de estrella michelín, sigue siendo esa clase de lugares donde todavía se puede disfrutar de la comida y desde el otro lado de la barrera, de un buen combate cada mediodía y repetir otra vez al caer la noche.

Me he pasado tanto tiempo fuera, que hoy tuve que rescatar a la mayoría de juguetes del fondo del armario donde esperaban al momento de ser utilizados. Cada uno tiene una característica y todos ellos una función específica, los sigo queriendo como si fueran mis propios hijos, acero de mi carne y como su sangre la que bebieron de mis venas en más de una ocasión.

No tienen mis ojos, pero si son tan ariscos que en ellos perdura el estilo inolvidable de la sonrisa afilada. Ayer al ocaso les devolví a la vida, esta mañana disfrutaron de su reencarnación… llevaban tanto abandonados que en seguida salieron todos a jugar a la encimera con todos los productos que deseaban ansiosos desde el pasado.

Por fin vuelve el callo del índice de la derecha a crecer tras kilos de brunoise de corvina, ternera y vegetales varios. Cada uno con su determinada dureza y su dificultad, pero sin dejar de ser un juego para asesinos natos. Regresa el calor al infierno del invierno que nunca probaste. Vuelve la estrella al firmamento y el demonio retoma lo de mover la cola desde el otro lado del espejo. Caerán los días como las hojas del otoño hasta mi próximo cumpleaños donde puede que entonces me den un par de alas nuevas y me manden al otro lado del océano.

Quien sabe, por ahora sólo me resta bailar como un poseído más la dulce melodía del violín de metal sobre el arpa de plástico duro. Para que de esta singular manera quemar el calendario para quizás ganarme un puesto donde brillar junto a otros hermanos de diferentes madres y de las mismas abuelas, porque nuestro arte es de los que se saltan una generación de las del medio y aparecen más tarde como un regalo.

lunes, 25 de noviembre de 2013

jueves, 21 de noviembre de 2013

La nana del agua.



Todavía suenan las letras en mi cabeza como un murmullo continuo de agua, a pesar de que hace tiempo ya que ando emulando a un sordo para no escucharlas, pero ahí siguen haciéndose de notar mientras lo mojan todo a su paso, escurriéndose por las paredes hasta anegarlas por completo. Cada vez que vuelvo a casa por las noches, me encuentro el apartamento empapado y vivo desde entonces con el agua por los tobillos e intentando no hacer ruido al caminar para no delatar mi presencia.

Ando como las cigüeñas y las garzas, con cuidado y mimetizando para ver lo que anda alrededor de mis largas patas. Leo en silencio historias que nunca le plagiaría a la mismísima agua que riega mis raíces pero sin pudrirlas igual que los manglares. Bebo cuentos y por la noche la sed nunca invade mis sueños porque un pez no puede morir ahogado o al menos no en esta pagina ni en esta burbuja.

Hace frío pero no importa porque cambié a las hormigas por gambitas que corretean por todas las sombras que hay en el piso. Tienen tantos colores como palabras puedan usarse para describirlos y muchos más inclusive porque en su naturaleza andan cruzándose y expandiéndose sin limites ni fronteras. Desayuno tortitas de camarón con una buena limonada con miel en vez de azúcar. Por las noches el espectáculo es inclusive mejor. Brillan las estrellas en el cielo y se reflejan en el agua mezclándose con el centelleo fluorescente de algunos de mis crustáceos.

Por la noche la oscuridad parece Pandora con su vientre lleno de luminosas pecas. Me tiendo y observo como la vida dibuja posibilidades donde quiera que mire. Los minúsculos cangrejos funcionan al igual que el corta y pega con sus tenazas. Los más listos ya hacen haikus en la alfombra del salón. Luego chasquean sus pinzas y salen huyendo marcha atrás con la ayuda de su cola. Por la mañana recojo pepitas de oro cribando el lecho del río que se dirige hacia la escalera del edificio. Puede que algún día lluevan ranas en mi cuarto y den alegría a la locura de mi casa, rompiendo el silencio con sus divertidas charlas de un duelo de cotorras.

Los domingos por la tarde intento recoger mi casa un poco. Empujo el agua hacia la salida con la ayuda de una rasqueta para limpiar los cristales de los rascacielos. Desplazo y acompaño… tardo horas en dejar seco el suelo del piso… casi siempre término cansado pero contento. Me acuerdo y pienso en ovejas o corderos, les veo como se lo pasan bien pastando… yo las cuento y hasta les pongo nombres, pero ni con esas consigo quedarme dormido. Pasa la noche y no aparece el sueño por ninguna parte pero las bestias siguen paciendo y bebiendo… espera, yo no les puse nada.

Miro el suelo de la alcoba y vuelve a estar encharcado. Debe de haber luna llena y encima marea… escucho a las criaturas escarbar bajo la puerta hasta oradar el paso. Entran los crustáceos y devoran al resto de animales que no es de su especie hasta capturar de nuevo todo el territorio. Es terrorífico ver como las ovejas son esquiladas por sus diminutas pinzas. Las más temerarias huyen por puertas y ventanas.

Los lunes por la mañana, suelo desayunar, comer y cenar cordero. Hay veces que no lo hago y después apesta la casa. Así que como buen pirata disfruto de los regalos que me trae el agua, la única norma es no dejar el barco hasta que este se hunda finalmente, igual que un contrato sin papel de por medio que podría mojarse. Vives para tener otra aventura al día siguiente hasta que la oscuridad regrese a castigar los pecados de una vida de pillería. La última vez me libré porque a la muerte no le va andar sobre suelo mojada y menos si hay barro. A mí aún siendo de fuego, el agua siempre me relajo y su murmullo es como el ronroneo de un gato que va deletreando suave el mensaje escondido tras el desvelo de las goteras del techo.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

El sorteo de la Once.



He visto más de diez ciudades, mil planetas y millones de estrellas, tantas como nubes puedan pintarse en el firmamento y vivido en innumerables historias donde cambiaba de cuerpo y de cara continuamente para al final nunca saber quien era yo, ni tampoco el que estaba a mi lado.

Casi todo lo bueno de la vida puede contenerse dentro de una biblioteca, el resto son los complementos que encuentras fuera y que de alguna forma determinan la clase de persona que se es. Puedes tener un fabuloso trabajo y un coche último modelo, vestir a la moda e ir a los sitios más prestigiosos, para después al volver a su formidable casa sentirse tan vacío como una caja de zapatos abandonada en el trastero.

O por el contrario, puedes tener un mísero empleo con el que subsistes hasta final de mes como un intrépido aventurero que escribe una hazaña por cada día que pasa esquivando a la desgracia y estirando hasta el limite la ración de supervivencia que habías guardado hasta la última semana… pero a su vez podría ser un iluminado del budismo capaz de encontrar el zen con solo sentarse en el raído sofá de casa y dejar que el tiempo pase sin hacer mella.

Incluso morir de cien maneras y por infinitos motivos desde ser el peor marido de la historia al mejor monarca de un reino. En las palabras puedes encontrar el sentido a muchas cosas y a su vez perderte en ellas hasta no volver a hallarte jamás. Dicen que un hombre se perdió en una guerra y se encontró en su paz y que otro será inmortal hasta que la tinta que corre en sus venas se seque hasta volverse polvo. Quizás sobreviva a todos los desastres que ya están en camino y esquive a la muerte aún siendo tuerto, o ciego, o loco. Puede que llegue a leyenda y siga leyendo hasta que me quede mudo o sordo, pero mientras haya una chispa en el mundo que no apague la sed de las letras.

Os recomiendo no acercaros a ellas. Son adictivas, contagiosas y muy peligrosas, pueden armarla en cualquier momento y quitarle el sentido a las cosas hasta confundirlos en nuestro propio cerebro, son como el germen de la idea que la corrompe desde dentro. Van y vienen como los electrones y te atraviesan, te rozan o te miman depende del día, la hora y el lugar. Es como la quiniela en diferido, juegas tú y jugamos todos.

martes, 12 de noviembre de 2013

Si el mundo se va a la mierda…





A mi me importa un pimiento montado sobre un cojón y medio de indiferencia. Antes dirigía gente hacia mejor o peor puerto… ahora estoy en el paro pero sin importarme demasiado. Nunca suelo estar mucho tiempo sin hacer nada. Hay dos debilidades en mi vida que no puedo tolerar, la ausencia de libertad y el aburrimiento densificado hasta volverse puro tedio.

Todos lloran porque les bajan el sueldo, se indignan y hacen huelga porque estiman que por sus ocho fabulosas horas deberían cobrar más. Policías, bomberos, médicos y ahora hasta los basureros. El día que los políticos se incluyan a la moda prometo quemar el mundo y bailar sobre sus cenizas porque sino hay piedad para mi, no la habrá para los demás.

Medio mundo anda quejándose por el asunto del empleo, pero las listas del inem están atestadas de españoles que hablan más de lo que hacen y en estos momentos hay incluso una gran masa de extranjeros que cada vez más autóctonos se suman a la protesta. Otros aceptan salarios muy por debajo de su valor real mientras corruptos como el resto del país estafan al paro mientras cobran un salario en el color más famoso de aquí… el negro que más bien debería sustituir al rojo y amarillo de la patria.

España, nación de estafadores y piratas de esos de la calavera y las tibias cruzadas, ya ni siquiera navegan por el mar sino en las nubes pero siguen siendo una autentica lacra. No me siento de este país donde la única justicia que queda además de la de Quijote y Sancho Panza es la que sale en los telediarios y rara vez es imparcial como debería ser. Así que aún siendo manchego reniego de mi estado, porque sencillamente a ningún egipcio se le hubiese ocurrido jamás construir una pirámide invertida, pero aquí más de una y de dos he llegado a contemplar.

Puedo quejarme más de lo que aporto aparte del bidón de gasolina, el paquete de cerillas y la mejor sonrisa extraída de las profundidades del averno. Pero hasta yo se que aún en el mas crudo infierno se bailar sin perder la compostura. Ojalá supiera yo fingir que no veo la realidad… pero hasta los países industrializados con su polución adherida hasta la medula fabrican tifones y desastres naturales apodados con nombres de mujer.

¿Desea un cataclismo?

Elabórelo a la carta y gusto con todas las características que usted desee. Es el eslogan que muchas grandes empresas empezarán a vender siendo del sumo agrado de los señores de la guerra y otros poderes inmersos en las sombras.

Por eso quemar el mundo pierde relevancia en gravedad, frente a la gran cantidad de beneficios que con mi trío de ventajas obtendría.

Devolver a la tierra lo que le pertenece… que digamos que es la más noble.
Dar iluminación gratuita a todas aquellas personas con asuntos turbios en las sobras.
Y ofrecer tanto calefacción como servicio barbacoa a todo aquel que precise alguna de ambas cosas.

Si me ves por la calle con un bidón de gasolina, sonríe por la ironía que tiene ver a un candidato a las oposiciones de bombero quemando el mundo al estilo Nerón pero sin arpa tiene su encanto. En cambio si me ves sonriendo con las manos vacías… directamente corre en dirección contraria porque eso significará que he dejado de preocuparme por las consecuencias y por entonces ya habré iniciado el incendio que devastará el mundo.

Hay gente que piensa que nunca llegaría a nada, muchos de ellos en esta época están incluso peor que yo… otros apostaban por mi la típica calderilla que llevasen en los bolsillos tras un día de compras. Si logro conseguir mi sueño, seré como el meteorito que extinguió a los dinosaurios… Al menos el lo hizo sin la mayor intención, a mi por el contrario cada día tengo más ganas. Mañana lo haré sin falta… después de un día trabajando de extra no pienso hacer nada de nada en las próximas horas. No por vago, sino porque como empiece no acabo y paso como decía al principio de ser el culpable de que el mundo se vaya a la mierda.

No me arrepiento de ser yo, sólo que a veces me molestan demasiados en el mismo vagón del convoy donde viajo. Inocente de todo delito que no haya cometido… por si acaso cada jornada me levanto mirando al cielo mientras aguardo a ver si tengo suerte y cae una estrella y  de paso me facilita esa tarea de limpieza de todo lo que no sea necesario.

viernes, 1 de noviembre de 2013

El día de los muertos.



Cuando llegué de madrugada J.C. y C.B. seguían despiertos dándole a la maldita botella, cada primero de noviembre era igual, volvían y arrasaban el mueble bar dejando sólo lo que no les gustaba, ni a ellos ni tampoco a mí. Empezando por supuesto por los whiskies que ya cumplían holgadamente la mayoría de edad y continuando en descendente hasta los más nuevos.

-         C.B: - ¿Encontraste lo que querías?
-         - No, ni un atisbo… ¡que va! no fue más que otro mal sueño.
-         C.B: - Ves… deberías haberte quedado a celebrar con nosotros la fiesta de los difuntos.
-         - Ya, puede que tengas razón, pero sin ofender a nadie, esto parecía un poco muerto.
-         J.C: - Te lo dije Charles, tenía razón sobre aquello de que algo no olía bien.
-         C.B; -Jajaja, No me jodas Jacques… quizás sea por esa absurda afición tuya de recolectar todos los peces que a este se le han muerto y llevarlos contigo como si fuera un apestoso tesoro digno de lo nauseabundo.
-         J.C: - Tampoco les faltes al respeto hombre. Que pueden escucharte y tienen sentimientos.
-         C.B; - Si… el de unas sardinas en lata.
-         - Vale chicos, calmaos ya que ya tendréis el resto del año para vuestras absurdas discusiones a cuenta de nada.

Risa general, mientras suenan cristales en demasiados tonos para no llamarse melodía.

-         C.B: - Pásame otro hielo anda.
-         J.C: - Jodete y bébetelo a palo seco que andamos cortos y de los tres el vivo es el que debería tomarse la copas en condiciones.
-         - Gracias por el detalle…
-         J.C: - Ya bastante tienes… y bueno ¿que pasó?
-         - Que como siempre no había más rastro de ella que del humo que yo mismo fabricaba esperando.
-         J.C: - Nunca tuviste demasiada suerte al menos en eso.
-         C.B: ¡Qué va! Si el chaval en el fondo es un afortunado, míranos… el mejor trío de calaveras que se ha reunido bajo el techo de este salón. Si alguien más pudiera vernos seguro que querrían apuntarse a la fiesta.
-         - Jajaja, no jorobes que luego soy yo al que le toca limpiar mañana.
-         C.B: - Mira que eres desagradecido… Tienes a un par de estrellas junto a ti en el sofá y te vas por ahí a buscar una que no todavía no se ha ganado bien su fama.
-         - Al menos ella es de carne y hueso.
-         J.C: - Ese que tienes al lado, tenía mucho más que eso.
-         C.B: - Si una buena barriga y muchas mentiras contadas sobre mi persona. Me convertí en la imagen de la reluciente decadencia, así que bebía para disimular esa enorme cantidad de falsos prejuicios que me colgaban.
-         J.C: - Jejeje, incluso a veces hasta escribía algo.
-         C.B: - No como tu maldito bastardo, que te dedicabas a la vida contemplativa sumergido a tres metros de la realidad.
-         J.C: - Cada uno tiene lo suyo ¿no crees?, quizás me gustaban mucho las burbujas…
-         - Si como a mí a Serrat en su mediterráneo.
-         C.B: - Pues yo soy más de pelotazos.

Se desparrama sobre el asiento abriendo en su bata para dejar al aire lo poco que le quedaba por descubrir y también pudrir.

-         C.B: - La guardo en formol para que no se joda ella sola.
-         J.C:-  Lo hace ahí, porque sabe que es el único alcohol que no va a beberse jajaja.
-         - Menudo dúo que sois. De aquí a los debates de la tele.
-         C.B: - Yo suelo ir a menudo. Cuando veas a alguno que de pronto le da un siroco y la arma, si te fijas bien posiblemente le este yo detrás dando por culo... no ya sólo por molestar, simplemente porque me gusta joder la marrana.
-         - Pues a B.E.(tipical spanish) la debes de poner fina.

Risa de fondo debajo de la sonrisa.

-         C.B: - No veas, le dan hasta ataques de epilepsia.
-         - Como desvariáis… una ronda más y me voy a la cama a ver si encuentro algún sueño a medio digerir.
-         C.B: - Tranquilo viejo, nosotros nos tomamos la penúltima a tu salud.
-         - Que casualidad que siempre vayáis por esa.
-         J.C. - Si…es raro ¿verdad?
-         C.B: - Ni te cuento, pero tampoco te lo tomes a mal. Una vez al año no hace daño, porque el resto del tiempo nos lo pasamos en la estantería viendo la bebida a lo lejos.
-         - Creo que es suficiente.
-         C.B: - Nunca lo es… no vengas a sermonearnos si eres como nosotros. Siempre buscando a que caiga una estrella, cuando sabes a ciencia cierta, que si eso sucede, otra nueva aparece para remplazar a la anterior.
-         - Desvarías.
-         J.C: -No se que decirte, ninguno de nosotros hablamos con muertos.
-         - Ya… menuda cabeza la mía, no se lo que me digo.
-         C.B: - Ni te cuento…

jueves, 31 de octubre de 2013

Ya casi...



Como siempre vuelve noviembre con su once que le acompaña, mi mes favorito porque a mi madre le dio (no sin ayuda) por alumbrarme, después me pase media vida a oscuras… pero eso ya es cosa mía. Viene con su frío y sus muertos que regresan el primero de sus días. Llega y se va tan efímero como de costumbre, un día nacen escorpiones y al siguiente salen caballos porque de las llamas se puede esperar cualquier cosa.

Para variar todo mi mundo se pone cuesta arriba porque diciembre viene cargado siempre de trabajo y cenas de empresa… y allí donde los fogones esperan las órdenes, sigue mi fuego interior alimentándose para tener más candela quizás en el aniversario de los 30.

Otra noche más en la que no puedo perderme por las calles de mi antigua ciudad a encontrarme con todos fantasmas que hasta desaparecieron de mis pesadillas, por supuesto tampoco estarán todos esos amigos que hacen de una velada como esta una fiesta donde celebrar la reunión a la vieja usanza, con litros de alcohol que entibien la oscura frialdad de una cita en el campo.

Sigo teniendo la misma hambre de antaño de fiestas y eventos, pero incluso un poco menos de tiempo en mi reloj de arena. Ya ni siquiera lo recargo porque los vampiros hace siglos que dejaron de invitarme a su noche eterna, tampoco me importa… puede que la sangre de lobo sirva lo mismo porque al menos ofrece la oportunidad de ver el sol y también la luna.

Continua Frankenstein saludándome con flores cada mañana al otro lado del espejo, como siempre rechazo el ramo porque es demasiado temprano para celebraciones, sirvo un café doble sin leche ni azúcar directamente de la cafetera del demonio y lo vierto frío por mi gaznate a su salud mientras las pupilas se contraen en sincronía con el duodeno. Después me visto como los reyes, lentamente y sin ninguna prisa porque por desgracia reponen los cercanías constantemente en la estación de debajo de casa.

Y vuelvo a la lucha del que no conoce la paz porque nunca cesa el fuego en su trabajo. Mañana sonreiré cuando vea los zombies retornar a sus casas como una torpe marabunta que huye del amanecer y lo haré más todavía porque el 1/11 siempre me causo cierta gracia. Todos se acuerdan de sus muertos y durante un día dejan sin manchar el nombre de los del adversario. Bailaré sobre su tumba junto a los Siniestro Total y camino al infierno siempre por autopista, veré al diablo con su simpatía característica reinar en el averno de la casa de las guitarras eléctricas y suenan los cantos rodados. Allí donde la música suena sin cesar hasta acabar el día.

domingo, 27 de octubre de 2013

Continuidad.




Todavía sigue sin haber frenos para la cabeza
y la inercia continua creando personajes por si sola
algunos son aberraciones de la propia naturaleza
otros tan tímidos luchan por no salir a la palestra
se esconden en lo profundo de cada sombra
esperando que todo esto termine de alguna forma.

Pero cada día amanece con una nueva moneda
que hace posible la vida con otra partida
a cuenta de la mismísima casa de apuestas
donde hay un cartel que reza gana o muere
porque allí no se andan con tonterías varias
no existe la derrota cuando la sangre prevalece.

sábado, 26 de octubre de 2013

Hola Abuelaaaaa (en voz alta tirando a grito).



Hoy llame a tu número y se puso otra persona que me cae bien, pero sigue sin ser tu y tu voz y ese abuela en un solo grito que a ti te alegraba el alma y otro se le hubiese limpiado de cera hasta el tímpano tampoco le ha impactado tanto.

Intento acordarme poco o casi nada porque eras Ciudad Real con sus casas y su clima, cada vez que salía o llegaba de otra ciudad significaba chillarte al portero camino a casa y que tu beso y tú vaso de refresco fuera lo primero o lo último que pasara. Ese barrio siento decirte que ya no tiene tanto encanto y no he vuelto a pisar la que era tu casa desde la vez que estuve. Tus cosas siguen por mi cuarto, con tu olor y tus historias pero ese es tu rastro y lo que queda en mi memoria tangible.

Ahora es como si andases de viaje en el inserso, dando vueltas alrededor del mundo, se echan de menos tus judías pintas y la cuchara del abuelo, también las partidas de cartas en las que no pasaba el tiempo hasta que llegaba el sueño bien entrada la madrugada. Siento a veces que tampoco tardaré tanto en veros en el fondo y que vosotros seguiréis siendo tal y como os recuerdo en esos veranos que siempre se acaban quizás muy pronto y también en esos platos de cristal gastados por una vida, pero toda una vajilla que podía alimentar a toda una familia.

No pasan los años, sólo es una fecha como la aquella frase que decía aquel profesor que estuvo preso y tras años de cautiverio retomó la docencia comenzando la clase con… Como íbamos diciendo ayer… y eso es lo que ocurre que algo dentro de ti te lleva al nombre y Fray Luis de León… y otras tantas cosas me llevan a pensar en mi abuela.

Sigo cocinando… ahora tengo incluso cocineros a mi cargo y a veces hasta les enseño algo, como cuando tu me contabas tus trucos antes de pensar si quiera en el oficio. Ahora puede que hasta te empatase en algún encuentro sin importar el terreno de juego, pero la cocina de mi casa sigue sin tener el aroma que te acompañaba a donde fueras y hasta puedo ver la bolsa del pan detrás de la puerta de la cocina para acompañar esos guisos y viandas.

La memoria sigue siendo igual que jodida, a veces demasiado porque no olvidas nada y eso a veces hasta te hace llorar si merece la pena, por lo que he estropeado momentáneamente el ratón del portátil, pero eso no importa porque todo se acaba secando aunque yo sigo prefiriendo no tender la ropa fuera, tu tenías habilidad en eso… en cambio a mi no me compensa por la perdida de pinzas. Brazos largos en cuerpo pequeño, en el fondo eras muy lista aunque pusieras cara de ingenua con esa sonrisa formidable.

Y no te preocupes por verme un día triste, mañana de seguro me habré olvidado pero M fue a la misa de su abuelo en cambio tú bien sabes que no soy de esas cosas, pero a diferencia del capicúa del tío, tuviste que encontrar otra forma más sutil de acordarme de posiblemente la persona que más me ha querido con todos mis defectos y a la que nunca he mentido porque tenía la capacidad de leer hasta el alma. Las piadosas me las reservo en ese trato con San Judas que tenemos a medias. Yo sigo con ello hasta que vuelvas de las vacaciones, es justo que a veces dejes eso de pedir por los demás en manos del que enseñaste para qué coja practica y soltura antes de proseguir el legado.

Un beso y un gran abrazo de esos como las telas de tus vestidos, suaves y confortables como siempre ha sido estar contigo. Gracias por seguir en mi historia pues nadie como tu me enseño la paciencia para obtener algo que ofrecer como alimento.



De alguna forma extraña esta canción le pega perfectamente...

domingo, 13 de octubre de 2013

Cuando en Octubre cubre.




Llega el frío por la madrugada y se queda hasta bien empezado el día, los armarios se visten de invierno y los árboles se tornan nudistas llenando de ropa las aceras. Con los textos ocurre lo mismo, no es que no quiera… sino que no puedo. Ahora sólo rompe el silencio el castañear de las ideas y el crepitar de las hojas del suelo mientras los folios se amontonan en la mesa sin que la tinta alcance siquiera sus márgenes.

No hay maldición alguna, ni es una enfermedad contagiosa ni congénita… sucede como le pasa a las hogueras, cuando se acaba el fuego llega lentamente el momento de hibernar y hasta que no se enciende de nuevo una llama en un sitio donde pueda agarrarse, todo lo que empieza tímidamente se evapora entre una densa humareda, demasiado húmeda como para prenderse por lo que se pierde entre las sombras heladas. Y sigue esperando escondida en algún rincón inhóspito donde se reúnen las demás decepciones.

Pero siempre germina un día que amanece con una calida sonrisa y el fresco cielo rompe a llorar quizás dolido de no haber conseguido poner fin a este largo verano… vertiendo de esta manera sus frías lagrimas que limpian del cielo toda esa maldita basura gaseosa que desde el cielo debilita sin distinciones a todo ser vivo, y sigue lloviendo algunas tardes y muchas noches hasta que el firmamento se limpia de nubes negras y en su raso helado se distinguen todas esas historias desechadas que en medio de la tormenta han encontrado su sitio. Y ves conejos y dragones… también árboles y decenas de ardillas y entre toda esa fauna escrita entre líneas aparece la locura que en cada ojo fabrica su propio cuento que contarle de noche la bestia de la caverna que esta dentro del pecho descansando placidamente.

domingo, 6 de octubre de 2013

Vida de perro, noche de gato.

Es una poesía que se vive dentro del pecho
como una segunda piel que recubre los pulmones
sin métrica ni rima pero con el ritmo en los pies
no te dice nada nuevo tampoco pero
te lleva a todas partes donde ya estuvieres
o estabas a punto de llegar en el futuro.

Se siente en la piel en contacto con el vello
que no es la hermosura en absoluto
sino eso que te une al mundo
con corrientes eléctricas
y que sabe más
de ti que ninguno.

Caminante ya conoces el resto
y sin un mal gesto
que pueda ofenderte sobrevive la sonrisa
acuchillada en su espalda por la irónica
bañada de sarcasmo
y que no ría el día al llegar el ocaso.

Que no es sino el parvulario de los gatos
esos que maúllan a la luna aunque se esconda
para no sonrojarse con todos los pecados
cometidos si ella estuviera al alcance de estos
y los otros o de cualquiera
que haya estado enamorado.

No hay respuestas escondidas entre líneas
ni renglones a modo de lingotes fabricando barreras
que pueda utilizarse para guardar algo valioso
hay lengua para acicalarse quizás
y el lema de la real academia de las letras
limpia, fija y da esplendor.

Pues de todos es conocido
que la mayoría de los gatos no dejan huella
a no ser que se tenga buen olfato
para encontrarla
y leer en la mirada
el destino que cada noche depara
y se produce de madrugada.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...